domingo, 27 de marzo de 2011

El motor de Europa se tiñe de Verde

Era cuestión de tiempo. La marea Verde en Alemania es imparable. No obstante, era difícil de predecir que el primer Estado alemán gobernado por el Partido Verde sería precisamente el motor económico de Europa. Con un crecimiento económico del 4,5% en 2010 y con la tasa de desempleo juvenil más baja de Europa, Baden-Wurttemberg había estado gobernado por la CDU desde los años 50's y parecía difícil de arrebatar.

Ahora, los Verdes tienen la oportunidad de empezar a demostrar que son capaces de gobernar con solvencia. Y lo harán en el Estado alemán al que toda Europa mira como referente. Aquél donde tienen su sede grandes y exitosas empresas alemanas como Bosch, Mercedes, IBM, Chrysler, SAP o Porsche. Baden-Wurttemberg, con 10,7 millones de habitantes, es el tercer Estado más grande de Alemania tras Renania-Wesfalia y Baviera.

¿Cuáles han sido los resultados electorales?

En primer lugar, hay que destacar un dato: la participación ha subido del 53,4 al 66,2%, lo cual quiere decir que los Verdes han sabido movilizar a su electorado.

En cuanto al voto, la CDU ha sido el partido más votado, aunque también el gran perdedor, con un 39% de los votos (en 2006 tuvieron un 44,2%). Los Verdes han quedado en segundo lugar, con el 24,2, seguidos de cerca por el SPD, con 23,1. El FDP ha alcanzado el 5,3%, superando el umbral exigido para entrar en la asamblea regional. En cuanto a escaños, la CDU ha logrado 60, los Verdes 36, los socialistas 35 y los liberales 8.

Si analizamos el resultado de los Verdes, vemos que ha sido un éxito sin fisuras ni peros, en un doble sentido: por un lado, han duplicado (de 12.1% a 24.2%) su mejor resultado histórico, obtenido en 1996 y han superado su récord de escaños en un total de 17. (de 19 a 36). Y por el otro, han logrado superar (por muy poco) a los socialistas, lo que implica que no sólo estarán en el Gobierno de coalición, sino que ocuparán la Presidencia, por primera vez en la historia.


En las otras elecciones, las de Renania Palatino, los Verdes también han logrado el mejor resultado de su historia (pasando de 0 a 18 escaños, y que será analizado en los próximos días en este blog), y van a entrar en el gobierno junto al SPD, aunque esta vez como socio minoritario. Y en Frankfurt, sede del Banco Central Europeo, podrían hacerse con la alcaldía.

¿Quién ha votado a los Verdes?

De un simple vistazo a los colores de los 70 distritos de Baden-Wurttemberg podemos llegar a la conclusión de que el voto al Partido Verde ha sido eminentemente urbano y universitario. Los Verdes han sido el partido más votado en 3 de los 4 los distritos de Sttutgart, la capital con un 42, 34 y 32% del voto; en los 2 distritos de Friburgo, con un 34,5% y 39,9%; en Heidelberg, con un 36,7%; en Tübinga con un 32,1%; en Konstanza, con 34.7% y en Manheim, con el 29,6%. Por el contrario, en distritos poco poblados y de corte rural, sus resultados han estado por debajo de la media: Biberach, 18,8; Aalen, 18,4; Neckar Odenwald, 14,6; Freudenstadt, 16,5.

Como curiosidad, cabe señalar que en Heilbronn, el distrito en el que se encuentran las centrales nucleares de Neckarwestheim I y II, los Verdes han obtenido un flojo 21,5%, siendo superados por los conservadores (37) y los socialistas (26,4)

¿Es el éxito verde algo coyuntural y debido al accidente nuclear de Fukushima?

No, en absoluto. El éxito electoral de los Verdes no es algo pasajero. Ya en las elecciones municipales de 2009 fueron el partido más votado en la capital del Estado, Stuttgart, con un 25,3% de los votos, aunque finalmente la CDU se hizo con el Gobierno. En el ayuntamiento de Manheim son tercera fuerza, con un 15,9% y en Karlsruhe la segunda, con un 20,1. En otra de las principales ciudades de Baden, Friburgo, ostentan la alcaldía. Además, las encuestas llevaban dando a los Verdes una intención de voto superior al 20% desde hace varios meses.

Sin duda, la postura respecto a la energía nuclear ha sido vital en la victoria verde, en especial en lo que se refiere a la movilización final, pero ya antes de Fukushima, el debate nuclear estaba bien abierto en Alemania y el medio ambiente era, y es, un criterio importante de voto.

¿Por qué la región económicamente más exitosa de Europa ha cambiado de Gobierno?

En primer lugar, por la desastrosa gestión de Mappus, el primer ministro de Baden, perteneciente a la CDU. A pesar de que los resultados económicos han sido fabulosos, la gestión política no ha acompañado. Proyectos como el Stuttgart 21, una macro obra ferroviaria que puede acabar con el centro de la ciudad, han contribuido al descrédito de Stephan Mappus. La gota que colmó el vaso fue la decisión de Mappus del pasado diciembre, de comprar el 45% de la empresa nuclear EnBV con dinero público, cuyas acciones se han depreciado más de un 30% desde entonces. Mappus ha sido el primer defensor de la energía nuclear en la CDU y lo ha pagado caro.

Para colmo, Baden-Wurttemberg es un Estado particularmente afectado por la energía nuclear, ya que, junto a sus afamados viñedos, alberga dos de las centrales alemanas, una de ellas construida en los años 80's: Neckarwestheim I y II.

Además, la actuación de la CDU a nivel nacional tampoco ha ayudado a Mappus: la dimisión del ministro Karl-Theodor zu-Gutemberg por plagiar su tesis doctoral, constantes vueltas atrás y adelante sobre la moratoria nuclear de la CDU y el país totalmente fuera de juego en Libia.

¿Y por qué han elegido un Gobierno Verde?

Para empezar, los Verdes de Baden-Wurttemberg no son los Verdes de Hamburgo o Berlín. El candidato de Baden, Winfried Kretschmann, es un político de corte conservador y católico, muy en la línea de los votantes de su Estado. No obstante, su prioridad en política no es la religión, sino el planeta. Los verdes de Baden son ideológicamente transversales. También el alcalde de Friburgo, Dieter Salomon, responde a ese perfil conservador.

Sin embargo, también hay que decir que Kretschmann es un Verde de los primeros tiempos, de cuando se fundó en Karlsruhe (Baden-Wurttemberg) el partido Verde, y se ha mantenido fiel a sus ideas desde entonces.


Baden-Wurttemberg es el motor de Europa, pero para seguir siéndolo, tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias de la economía. Y es aquí donde el programa político de los Verdes entra en juego. Kretschmann ha prometido crear 300.000 empleos Verdes. Está decidido a demostrarle al mundo que un modelo económico exitoso y las energías verdes no sólo no son incompatibles, sino que se favorecen el uno al otro. Para seguir en cabeza, hay que innovar y a la vez respetar el medio ambiente.

El 27 de marzo de 2011 quedará como un día histórico para los verdes de todo el mundo. Hace mucho tiempo, más de 30 años, que los Verdes alemanes llevaban advirtiendo de los peligros de la energía nuclear y de la necesidad de cambiar de modelo. Ahora, por primera vez, un Verde gobernará a más de 10 millones de habitantes y tendrá la oportunidad de cambiar las cosas. No sabemos qué pasará. Sólo el tiempo lo dirá. En todo caso, si echamos la vista atrás y vemos el ascenso imparable, concluiremos que hasta el momento, parece que el tiempo les va dando poco a poco la razón...

5 comentarios:

  1. Muy buen análisis Dani, completísimo! Ya decía yo que no habían podido ganar por lo de Fukushima.

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  2. Entramos en un nuevo paradigma. Los Verdes ya no son un partido clave ni bisagra. Son directamente los protagonistas, partido de gobierno. Vamos a ver que tal lo hacen y el listó ya está en un nuevo lugar: ¿para cuando un o una canciller verde?

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  3. Por cierto, ¿qué te parece que Kretschmann se declare conservador y católico? Es un claro ejemplo de transversalidad que me parece muy positivo, siempre que siga teniendo como prioridad, como dices tú, el planeta. Lo que yo me pregunto es... ¿Conseguirá EQUO esta transversalidad en España? ¿Atraerán a personas de corte más conservador a las filas verdes?

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  4. Pues desde luego que EQUO debe intentarlo, aunque no es fácil, porque la derecha española está muy cohesionada y tiene una alta fidelidad de voto, pase lo que pase, robe quien robe y se presente quien se presente. La identificación partidista de la derecha española es muy elevada, no como sucede en Alemania. En todo caso, hay que empezar a atraer a la derecha desde abajo, en ayuntamientos, donde el votante se guía más por la cercanía que por los colores. Una vez asentado el poder municipal, se puede empezar a soñar con superar la brecha ideológica.

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  5. Salvar el planeta empieza a ser una pelea que parece comenzar por echar a los partidos políticos tradicionales y apostar por los verdes. No debería ser incompatible una ideología política tradicional o histórica con la defensa del planeta, pero son tantas las pleitesías que dichos partidos se ven obligados a rendir, que en la práctica no hacen más que acelerar el tan temido e inminente cambio climático.

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